Es un placer caminar en esta época por el valle del Nansa, entre mieses recién segadas y senderos abarrotados de flores.
A este mosaico de colores se unen las mariposas DIURNAS que enriquecen la policromía del entorno.
Estos hermosos insectos de seis patas, cuentan con largas antenas, ojos compuestos, una trompa que subcciona y cuatro alas. Reciben el nombre de lepidópteros porque sus alas están recubiertas de miles de escamas diminutas.
Son las criaturas con más éxito evolutivo de la tierra. Podemos encontrarlas desde los fríos árticos hasta las tórridas selvas tropicales, y en Cantabria tienes un verdadero edén. Se sabe que ciertos fósiles de polillas se remontan hasta los 140 millones de años y algunas mariposas diurnas tienen 40 millones de años de antigüedad.
Quizás no lo sabías, pero son muy buenos bioindicadores del clima. Ellas responden rápidamente a los cambios climáticos. En el caso de las mariposas diurnas la temperatura de su cuerpo está muy condicionada por la temperatura ambiental. Por eso, cuando las primaveras son más cálidas se adelanta su desarrollo larvario y el momento en que emergen los adultos.
Las mariposas y las flores, una relación más que amistosa.
Desde que existen plantas con flores hay mariposas. Ambas han ido evolucionando en una estrecha asociación.
A las mariposas adultas las vemos habitualmente sobre las flores porque son capaces de alimentarse de su néctar, de hecho, es la fuente de sustento de la mayoría. En realidad se trata de una asociación porque mientras se alimentan van traspasando el polen de una a otra flor asegurando así la reproducción.
Realmente llamativa es su espiritrompa, un tubo largo y hueco que se enrolla en espiral. Dependiendo de la flor de la que se alimente, su trompa será más o menos larga. Cuando no la utiliza la veremos enrollada bajo su cabeza.
Los insectos más admirados: las mariposas diurnas
Las mariposas diurnas han sido los insectos más admirados desde tiempo inmemorial. La prodigiosa transformación que experimentan a lo largo de su ciclo biológico (huevo, larva, crisálida y adulto) unido a su gran valor estético las han hecho muy populares.
¿Cómo reconocemos a una mariposa diurna?. Generalmente poseen unos colores brillantes y sus peculiares antenas, son finas y filamentosas en forma de bastoncillo. Cuando se encuentran en posición de descanso sus alas están juntas y en vertical.
Caminando por el entorno de Puentenansa hemos visto en estos días a una de las especies más vistosas de la península ibérica. Se trata de la macaón (Papilio machaon). Llaman la atención sus alas de color negro y amarillo crema que alcanzan entre 30 y 80 mm de envergadura.
Sus larvas son de color negro con puntos naranja hasta que mudan. Cuando es oruga tiene un color verde-amarillo con rayas negras y puntos naranjas ciertamente llamativo.
Llevamos varios días recorriendo los caminos del valle de Polaciones y nos hemos encontrado con esta hermosa pareja de Plebejus idas que puede verse hasta los 2.000 metros de altitud. Una curiosidad, cuanto mayor sea la altitud, menor es el tamaño de la mariposa. Se desarrolla durante los meses de mayo y junio y hasta julio y agosto. Las orugas de estas mariposas pasan el invierno en el interior de los hormigueros, alimentándose de larvas.
Hay muchas más, pero os proponemos que vengáis al valle del Nansa para ir descubriendo más especies y apreciar su hermosura de cerca.
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