Richard F. Burton, uno de los grandes exploradores de todos los tiempos, que trató de encontrar las fuentes del Nilo en el África de los Grandes Lagos, decía:
“Uno de los mejores momentos de la vida humana, pienso, es cuando sales de viaje hacia una tierra lejana y desconocida. Cuando se sacude con gran esfuerzo las trabas de la costumbre, la pesada carga de la rutina, el manto de las preocupaciones y la esclavitud del hogar, el hombre se siente más feliz”.
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Eso es lo que vamos a hacer en NansaNatural durante noviembre, por eso no nos encontrareis en el Nansa, sino en un destino lejano que nos va a aportar experiencias únicas y que nos enriquecerá cultural y personalmente. Nuevos territorios, nuevos descubrimientos.
Viajamos al norte de Etiopía, partimos siguiendo los pasos de los últimos aventureros en busca del nacimiento del Nilo Azul, en busca de la cuna de la humanidad. Un destino fascinante con un gran patrimonio cultural, paisajístico, étnico y artístico.
Al igual que hacemos en el valle del Nansa, en Etiopía, antiguamente conocida como Abisinia, haremos una inmersión en las tradiciones, y nos dejaremos fascinar por sus restos históricos, que se remontan a las antiguas civilizaciones mediterráneas. La combinación de un paisaje maravilloso, una inusual y prolífica vida silvestre y fascinantes ubicaciones históricas hacen de este país un destino único.
El norte del país tuvo fuertes lazos con el antiguo Egipto, las civilizaciones judías del Medio Oriente y Grecia. Una de nuestras visitas obligadas será Lalibela, centro espiritual desde hace más de 900 años, la segunda ciudad santa del país después de Aksum. Alberga las famosas iglesias talladas en la roca y declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978.
Caminaremos por el asombroso paisaje de las Montañas Simien, con picos de más de 4.000 m, estremecedores acantilados y enigmáticos volcanes, en busca de la especie de primates endémica más característica, los gelada baboon (Theropithecus gelada).
Llegaremos hasta la región del Tigray que alberga ciudades como Axum. La ciudad más antigua de Etiopía, se tenía conocimiento de su existencia desde el siglo III antes de Cristo. Es también la ciudad santa de la iglesia ortodoxa etíope. Simbólico es su gigante monolito de granito de 23 m de alto atribuido al rey Ezana.
Nos sumergiremos en las tórridas tierras del Desierto del Danakil, un auténtico reto porque las temperaturas diurnas pueden alcanzar los 60 °C. El lugar donde se descubrió a Lucy en 1974, el conjunto de fragmentos óseos pertenecientes al esqueleto de un homínido de la especie Australopithecus afarensis, de 3,2 a 3,5 millones de años de antigüedad, uno de los ancestros de los actuales humanos.
Aunque no parece un lugar apto para ser habitado, aproximadamente 130.000 personas de la tribu nómada afar establecieron sus hogares en esta tierra y practican el comercio de la sal como forma de vida.
Será fácil encontrarnos con cientos de siluetas de camellos cargados con las valiosas tablas de sal que transportan a las tierras altas. Es una de las últimas oportunidades para disfrutar de esta tradición milenaria que tiende a desaparecer a medida que gana terreno la extracción industrial.
La mayor parte de esta región se encuentra por debajo del nivel del mar, -116 m en Dallol, cerca del lago Asale, el punto más bajo en tierra firme del continente africano. Su superficie estuvo sumergida en épocas geológicas pasadas en agua salada. Vestigios de aquellos días son los lagos Asale y Afrera; ambos se encuentran en el centro de esta antigua industria de extracción de sal.
Se trata de una de las áreas de mayor actividad tectónica del planeta, situado en la unión de las placas tectónicas africana, árabe y somalí, y lo atestiguan los más de treinta volcanes activos o durmientes distribuidos por la región. Todos ellos bebés geológicos que se formaron en el último millón de años, alcanzando muchos de ellos su forma actual en los últimos diez mil años.
Acamparemos junto al volcán Erta Ale, el más activo de África, para hipnotizarnos con un espectáculo de lava incandescente en mitad de la noche. Este lago de lava permanente se encuentra en estado de erupción continua desde 1967.
Sin duda, el plato fuerte de cualquier aventura por el Danakil, es el paisaje en el entorno del pueblo de Dallol. Un yacimiento de manantiales sulfurosos que se muestran en una paleta de colores variados en espectaculares tonos de verde, amarillo, blanco y azul.
Habrá muchas más experiencias y momentos para relatar, esperamos poder ir dejando algunas pinceladas del viaje a través de nuestras redes sociales, pero no será fácil porque el acceso a internet es muy precario.
De todas formas, iremos apuntando en nuestro cuaderno de viaje cada detalle para contaros a la vuelta esta maravillosa experiencia y transmitiros nuestra pasión por viajar.
“El mundo es un libro y quienes no viajan leen sólo una página”
San Agustín de Hipona.
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